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La criobiología es conocida por el hombre desde hace 2500 A. C. cuando los egipcios la usaban en su medicina. Pero los primeros intentos de utilizar el frío para conservar material biológico se remontan al siglo XVIII, con el descubrimiento del glicerol como crioprotector. Desde entonces, se han realizado mucho más experimentos en organismos vivos para investigar cómo las plantas y los animales se adaptan a las caídas bruscas de temperatura. Determinadas especies de animales y plantas tienen proteínas especiales y otro tipo de moléculas que impiden la formación de hielo dentro de sus cuerpos. Por otro lado, al aplicar bajas temperaturas es posible almacenar casi indefinidamente a la temperatura del nitrógeno líquido, suspensiones de células, como sangre, semen o secciones delgadas de tejidos. Sin embargo, debido a que no todos los organismos se comportan o poseen la misma flexibilidad cuando se expone a una temperatura de -196°C, han sido diseñados protocolos que evitan que se den accidentes irreversibles en materiales delicados. Siendo sus principales contribuciones a la medicina y la industria. Por esta razón, cada vez existe más interés por parte del sector publico y privado.
Detalles de libro: |
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ISBN-13: |
978-3-8416-8034-1 |
ISBN-10: |
3841680348 |
EAN: |
9783841680341 |
Idioma del libro: |
Español |
Edited by: |
Jaime Alioscha Cuervo Parra |
Número de páginas: |
112 |
Publicado en: |
10.03.2016 |
Categoría: |
Biology |